Para nadie es un misterio que nuestra sociedad ha experimentado un cambio cualitativo notable en lo que se refiere al comportamiento sexual. Hoy ya no es mal visto que las parejas se involucren sexualmente antes formalizar su matrimonio. Tampoco es infrecuente y pasa a ser un hábito cultural ya establecido el hecho de que el inicio de una relación de pololeo implica necesariamente el establecimiento concomitante de relaciones sexuales entre los integrantes de esta nueva pareja. Este comportamiento esta avalado por la concepción generalizada de que es “natural “ y adecuadamente esperado el tener relaciones sexuales con la pareja que se tiene en ese momento. Sin embargo y sin pretender minimizar esta concepción de lo “natural", no es menos cierto que precisamente estas conductas y otras asociadas han establecido que hoy sea muy frecuente tener varias parejas antes del advenimiento de una relación de pareja más formal y estable.
Cuando en este grupo se produce el advenimiento de la sensación de estar con pareja estable, que surge del seno del mismo grupo, pronta y rápidamente se abandona la practica de uso del preservativo, habitualmente sin mediar ningún tipo de estudio que acredite la inexistencia de enfermedades de transmisión sexual.
Todo este conjunto de fenómenos culturales han enseñado a las mujeres a tener frecuentemente una opción anticonceptiva a su disposición ,siendo en general anticonceptivos de tipo hormonal los más solicitados (píldoras , anillos , inyectables) y en segundo termino los dispositivos intrauterinos ;ninguno de los cuales protegen a la mujer de la posibilidad de adquirir enfermedades de transmisión sexual.
En el mismo contexto hay grupos de personas principalmente adultos jóvenes , que tienen vida sexual frecuente con parejas múltiples de carácter no estable, afortunadamente en este grupo el uso del preservativo a pasado a ser un hábito más frecuente ya que en general existe conocimiento de las enfermedades de transmisión sexual y principalmente del Sida. A pesar de ello cuando en este grupo se produce el advenimiento de la sensación de estar con pareja estable, que surge del seno del mismo grupo, pronta y rápidamente se abandona la practica de uso del preservativo, habitualmente sin mediar ningún tipo de estudio que acredite la inexistencia de enfermedades de transmisión sexual en uno o ambos de los integrantes de la pareja.
Lo anterior demuestra que nos encontramos insertos en una cultura “promiscua” desde el punto de vista biológico, a pesar de la idea individual predominante de ser persona fiel y no promiscuo (es decir el individuo en general tiene una sola pareja contemporáneamente, pero muchas en el transcurso de la vida).
Es precisamente este modelo cultural el que hoy por hoy establece la existencia de un riesgo importante de adquirir enfermedades por contagio sexual ya que no existe concomitantemente una conducta de pesquisa de estas enfermedades antes del inicio de la vida sexual.
Para contribuir a la educación de la pareja y lograr una vida sexual sana , es que en mi calidad de ginecólogo–infectólogo, estoy proponiendo a aquellas parejas que tienen pensado iniciar vida sexual, sean evaluadas para acreditar que ninguno de los integrantes sea portador de alguna de estas enfermedades que lastimosamente en la gran mayoría de los casos tienen el carácter de asintomáticas ( es allí donde radica el mayor riesgo de contagio). Para lograr este objetivo es que he desarrollado un protocolo de estudio que permite la evaluación y descarte de la amplia mayoría de las ETS (enfermedades de transmisión sexual ).
Esto permite que la pareja manifieste su sexualidad con la tranquilidad y seguridad de estar con una pareja sana, lo que permite un disfrute de su sexualidad sin temores y además establece un mecanismo que aumenta la fidelidad (ya que ambos integrantes saben que ni uno ni el otro tienen una ETS).
Creo que es tiempo de asumir nuestra sexualidad de manera responsable no solo en el ámbito de la fecundidad sino también en la minimización de el riesgo de adquirir estas enfermedades.
Si bien sabemos que el amor saca el condón, hagámoslo solamente cuando tengamos la certeza de tener pareja sana.
Roberto Rodríguez Pulgar
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